Me presento

Hola a todos, soy Santi, alias Galdor. Desde que tengo 16 años, las palabras se han vuelto mis aliadas para crear mundos e historias, y para dar mi peculiar visión del mundo real que nos rodea. He publicado unos relatos recientemente, y ahora estoy a punto de publicar mi primera novela. No obstante, sigo escribiendo cortos relatos, que serán mi regalo a este lugar donde guardaré trocitos de mi ser. Mi mail es santi_galdor_quantum@hotmail.com, por si alguien quiere opinar de una manera más personal. Muchas gracias.

lunes, 23 de enero de 2012

Rebelión a las puertas del cielo (II)


Durante los años que han transcurrido desde la aparición del pensamiento en el ámbito intergaláctico, la ejecución de la aplicación del libre albedrío había dado sus frutos en el Sistema Solar, cuna de la civilización humana.

El ejecutado aseguraba el libre desarrollo intelectual de los individuos y, a priori, prometía el auge de la preocupación metafísica del colectivo. Esa información fue extraída por los primeros cerberos que usaron una aproximación lineal de las variables socio-históricas. Más adelante, a partir de la revolución religioso-científica en la que se diferenciaron los conocimientos teóricos de los aplicados, unidos implícitamente por el desarrollo en análisis del campo de trabajo, surgieron nuevas corrientes del pensamiento de las que la matemática aplicada sacó buen provecho, por lo que se pudo estudiar más a fondo el comportamiento estadístico de las aplicaciones religiosas.

En la actualidad, parece obvia la diferencia entre un teórico y un Ingeniero, pues es de esperar que el trabajo constructor y de diseño resida en la naturaleza omnipotente de los Dioses, mientas que, el trabajo de desentrañar el tejido oculto tras la compleja red del Ocaso, de las aplicaciones de la realidad tangible y de la físico-química de la materia blanca prevalezca en la persona del cerbero. No obstante,  en los inicios de la existencia del interregno, la vanidad de la cuasi-cuajada materia blanca entorpecía la aceptación del papel crucial que ostentaban y ostentarían, hasta día de hoy, los propios Guardianes del Olimpo.

jueves, 19 de enero de 2012

Rebelión a las puertas del cielo (I)

He de admitir que este relato, a pesar de que no será extenso, merece la pena dároslo a conocer a trocitos, pues así, también me da tiempo a mí para fragmentar la información y ver donde puedo mejorar ciertas cosas. Además, es necesaria la intriga....


Durante los años que han transcurrido desde la aparición del hombre en la superficie terráquea, la ciencia religiosa había avanzado varios órdenes de magnitud, a pesar de los obstáculos que el ser humano, siglo a siglo, se dedicaba a colocar en el camino de los guardianes del enésimo portal (aunque preferían la palabra cerbero).

La aparición del pensamiento en la Tierra obligó a los Dioses a imponer ciertas leyes en la naturaleza intangible del Ocaso. Es decir, tuvieron que restringir el paso al Olimpo para evitar la sobresaturación de materia blanca no madurada en el lugar de reposo eterno divino. Así pues, apareció el tejido intersticial que daría sentido a lo que en la actualidad se conoce como teoría secular de la materia blanca condensada, hecho que daría vida a la ciencia religiosa promovida por los primeros resquicios de materia blanca insurrecta; los cerberos.

- La frecuencia de flujo sigue disminuyendo y las condiciones impuestas tienden al cerco de nivel nueve. Pronto llegará el equilibrio. -habló robóticamente el cerbero analítico.
- Únicamente, se estrecha la veda. - contestó el cerbero teórico, algo contrariado por la presencia de aquella materia blanca.
- En el sector infra se trabaja por encima del rendimiento estabilizante. La saturación de materia blanca defectuosa pronto será un hecho, la materia transferida supera los estándares y, las previsiones computacionales nos indican que la condensación en la Tierra se acerca a menos diez en la escala logarítmica.
-Se siente ya el día en que los cerberos no podamos promocionar y, en que sea prácticamente improbable que se dé la condensación primordial espontánea en el campo de trabajo.
- La estabilidad vital ronda los cinco puntos alrededor de los focos de mayor condensación parcial y no llega a un punto y medio en las zonas de proliferación bélico-patógena.
- Obviedades. Olvidaba que los analíticos no veis más allá de los datos. Aumentamos el caos para poder equilibrar el flujo de entrada-salida de infra-materia, pero ello conlleva que la materia no madura correctamente. El pez que se muerde la cola. -dijo condescendientemente el cerbero teórico- No soporto siquiera la presencia pseudo-lumínica de estos analíticos, proyecto defectuoso de cerbero- pensó entre reniegos el teórico, hasta que, al fin, dándole la espalda al otro preguntó- ¿Y cómo se encuentra nuestra materia cuasi-cuajada?

CONTINUARÁ

lunes, 16 de enero de 2012

Reflexiones

Hoy me he dado cuenta, que soy afortunado de haber sido obsequiado con una buena imaginación que me hace viajar a mundos de diversas naturalezas. He visto que sin escribir, echo de menos algo de mí que está latente, incandescente, pidiendo a gritos la posibilidad de salir a la luz. Me gustaría aprender a divulgar como lo hicieron antaño, aquellos que escribieron los libros que hoy leo y me sirven tanto de inspiración como de pauta. No sé si estaré hecho para la investigación, no sé si me gustará el mundo del desarrollo, pero algo tengo muy claro. Quiero escribir. Quiero llevar la ciencia al hombre de a pie; dar un punto de vista grandilocuente a la química y abandonar el estereotipo de los libros de química/cocina, para que el mundo sepa lo bello y fácil que es el noble arte de la alquímia.

PS: Compaginándolo con la ficción, por supuesto :)

jueves, 5 de enero de 2012

Portada "Una historia más de este mundo"

Me gustaría que me dijerais que os parece el primer borrador de la portada de mi primera novela.

miércoles, 4 de enero de 2012

Historias de la noche IV


En las frías noches de invierno de las ciudades catalanas, en cuanto la semana laboral llega a su fin, las hormiguitas que habitan los pasillos de hormigón se aferran a la felicidad con la ayuda de vanas compañías y la pasión por las bebidas alcohólicas, conociéndose las unas a las otras por medio de rituales decadentes a ojos de los dioses de mentes ancestrales, que ven como sus creaciones se zambullen en espirales de egoísmo y fanfarronería para pasar un fin de semana más.

Y dicho esto, quiero decir que nada de lo escrito tiene algo que ver con la historia de Pablo, el que un día, harto de la rutina del matrimonio heterosexual ortodoxo, sabedor de su condición de bisexual, instó a su mujer a salir por Barcelona, a algún que otro lugar de ambiente gay, para conocer a algún chico. No obstante, aquella noche no acabó yendo como él se pensaba.

Apoyando el brazo en la barra del pub, Pablo hizo una primera inspección del lugar y siguió charlando con su hermosa mujer. Ella, pese a conocer bien a su chico, estaba algo incómoda, pues no era del todo partidaria que dos personas del mismo sexo mantuvieran relaciones íntimas. Pero, al menos, no era hipócrita, pues Pablo, desde el primer día que se conocieron, ya sabía que aquella chica no veía con buenos ojos a las parejas homosexuales. Él se consolaba pensando que, como mínimo, no demostraba ser intolerante, pues la quería mucho y, ya se sabe, que nadie es perfecto.

Una hora más tarde, después de bailar apasionadamente, la mujer de Pablo decidió volver a casa, con la torpeza de chocarse con una pareja, que por lo que pensó ella, siendo chico y chica, eran heterosexuales. Cuan equivocada estaba cuando los instó a sentarse en la misma mesa, en la que esperaba Pablo, solitario, atento al mundo de chicos que lo rodeaba. Pues, Carla y Jaime, eran el típico dúo amistoso de chica heterosexual y chico gay. Al conocerlos, la mujer, cansada de ser tolerante, al fin, marchó a casa, dejando a su marido con aquella peculiar pareja.

Dada la situación, Pablo llamó a un amigo suyo para no tener que soportar una situación de desventaja numérica. Poco rato después, apareció Raúl; alto, guapo, pero con algo que lo delataba, algo que únicamente supo ver Jaime, era un hipócrita, falso y prepotente. No obstante, a Carla le hizo mucha gracia desde el primer momento y se adueñó de su atención, mientras Jaime y Pablo veían como ambos se comían con la mirada. Como era de esperar, los dos chicos fueron conociéndose y Pablo pareció coger en mucha estima a la persona que tenía enfrente.

Durante meses, Jaime demostró ser aquella persona que tanto necesitaba Pablo para contrarrestar los pequeños defectos de su mujer. No tuvieron relaciones sexuales, pero ambos se dieron el cariño que el otro necesitaba para seguir con sus vidas, mientras Carla y Raúl se demostraban una pasión desbordante. Hecho que no hizo que Pablo también estuviera en contacto con Carla.

Finalmente, Jaime, cansado de esperar y con ampliadas necesidades sexuales, encontró un chico que le gustaba y le respondía mucho más acaloradamente a sus deseos carnales, y pensó que aquello no debía afectar a su relación con el hombre casado del cual se narra la historia. Pensó equívocamente, pues finalmente descubrió que desde aquella noche en el pub de ambiente, era Carla la que interesaba físicamente a Pablo y que todo lo que le había robado aquel gañán pseudo-bisexual a él era el fruto de la necesidad de encontrar una vía de escape a un nefasto matrimonio.

Carla, que era una chica pragmática pero a la vez con principios, pensando que un polvo siempre es un polvo, pero que no está bien quitarle el marido a otra, decidió no seguirle el juego a Pablo. No obstante, las insinuaciones de éste cada vez eran más lascivas y recurrentes y no veía el momento de echarle el guante a aquel macho. Estaba en una encrucijada, pero a pesar de ello, Jaime seguía insistiéndole que se lo tirara, que no tenía nada que perder. Ella al menos no.

Y así fue como, una noche, quedaron Carla, Pablo, Jaime y su chico. Carla estaba realmente deslumbrante, con un vestido escotado, corto muy corto. Pablo seguía intentando caldear el ambiente. Jaime, por su parte, seguía instando a Carla a desmelenarse. En un momento, en medio de la calle, Carla se agachó y dejó ver la poca necesidad que tenía de llevar ropa interior. Pablo, al ver aquello, vio vía libre y jugó fantásticamente sus cartas. Se mezcló alcohol con necesidad y un calor bochornoso.

Al día siguiente, Pablo recibió una llamada de su mujer. Entre gritos e insultos, le pidió el divorcio. Que no podía estar con un adultero, que además se dejaba mear en la cara por otro tío. Pues, al parecer, dos amigos habían emborrachado al hombre casado que, mientras éste besaba a Carla, Jaime le robaba el móvil y grababa, a la vez que le enseñaba el noble arte de la lluvia dorada.

Pablo salió corriendo del piso de la chica, mientras la extraña pareja de amigos gritaba al unísono:

-¡Eres una puta!