Me presento

Hola a todos, soy Santi, alias Galdor. Desde que tengo 16 años, las palabras se han vuelto mis aliadas para crear mundos e historias, y para dar mi peculiar visión del mundo real que nos rodea. He publicado unos relatos recientemente, y ahora estoy a punto de publicar mi primera novela. No obstante, sigo escribiendo cortos relatos, que serán mi regalo a este lugar donde guardaré trocitos de mi ser. Mi mail es santi_galdor_quantum@hotmail.com, por si alguien quiere opinar de una manera más personal. Muchas gracias.

sábado, 3 de enero de 2015

Párrafo de la novela

Mientras iba escribiendo, he disfrutado con este párrafo y he pensado en compartirlo.



            La acción se dio en Parliament Square. El grupo de Enzo se encontraba rodeando la estatua de Winston Churchill, imperecedera, cuyo bastón servía de barra de baile a una mujer, con escasa ropa, que contoneaba su cuerpo ante las lascivas miradas de los turistas. Tras ella, un lúgubre y apelmazado Big Brent, con aquel odioso reloj digital que proyectaba la hora a lo largo de los cuatro puntos cardinales, siempre observado por la atenta mirada del sofocado Churchill. Un guitarrista deslizaba sus dedos a lo largo de un mástil de veintiocho notas y siete cuerdas. La tecnología había permitido añadir cuatro notas virtuales a cada cuerda, cada una de las cuales emitía luz a lo largo del espectro de los colores visibles. Un total de veintiocho cromo-sonidos que hacían más intensos los solos vertiginosos de los músicos que llevaban a cabo su espectáculo en medio de las plazas de Brent. Parliament Square se había convertido en una utopía brentshi de erotismo, color y rock’n’roll, donde turistas de regiones recónditas del mundo venían a dejarse mucho dinero.
            Nuestro protagonista miraba absorto a la nada. Un día más, la cacofónica luz del Big Brent, la oxidada estatua del póstumo presidente y Luan bailando, decadentemente, al son de uno de los múltiples solos del Overkill de los antiguos Motorhead. De repente, se sobresaltó, una mano le tocaba el hombro. Al girarse, una pareja de turistas asiáticos le pedían que los inmortalizara con su cámara 3D. La expresión de mi padre reflejaba una serenidad y buenas intenciones que distaban de sus reales pensamientos.

(...)