Me presento

Hola a todos, soy Santi, alias Galdor. Desde que tengo 16 años, las palabras se han vuelto mis aliadas para crear mundos e historias, y para dar mi peculiar visión del mundo real que nos rodea. He publicado unos relatos recientemente, y ahora estoy a punto de publicar mi primera novela. No obstante, sigo escribiendo cortos relatos, que serán mi regalo a este lugar donde guardaré trocitos de mi ser. Mi mail es santi_galdor_quantum@hotmail.com, por si alguien quiere opinar de una manera más personal. Muchas gracias.

jueves, 6 de diciembre de 2012

El aprendiz I Aprendiendo a ver sin los ojos


             Cojamos una batidora, un barman y una coctelera. Pongamos mi cerebro en la batidora. El barman, mientras la pone en funcionamiento haciendo que mis neuronas queden al nivel de sopa atómica, meterá mi corazón en la coctelera y la llevará, con un ritmo sensual, arriba y abajo. Esa sensación junto a la exposición rectilínea de mis intestinos dentro de un enjambre de abejas entre otras extrañas sensaciones son las que siento ahora mismo por esa persona. Sin lugar a dudas, yo soy el romántico y ella la pragmática. Tan simplemente narrado en una frase y tan complicado de aplicar en mi cabeza. Como tantas otras cosas, me cuesta darme cuenta de aquello de lo que ya me he dado cuenta con anterioridad. Y muchos diréis que pensabais que había una inteligencia mayor en mi cabeza. Sin lugar a dudas, os engañé.
            Me sinceraré con vosotros, nunca había sentido nada igual por nadie. Y he aprendido (y sigo aprendiendo...) mucho de ello. En el mundo en el que vivimos, nos obligamos a buscar algo que se adapte a aquello que creemos está hecho para nosotros. ¿Quién cojones sabe lo que necesita, lo que le hará feliz, si aún no lo ha experimentado? El problema reside en que nos hacemos una imagen falsa en la cabeza y somos incapaces de ver más allá. Lo arraigamos tanto dentro de nuestra mente, que creemos que es nuestro corazón el que habla, creemos que todo aquello que no se le parece a nuestros anhelos adquiridos están muy lejos de la idealidad soñada. Y al fin y al cabo, ¿para qué poner un filtro tan grande, cuando nuestra ignorancia abarca tantos y tantos campos de trigo aún verde?
            Os diré una cosa, algo que tengo claro ahora, aunque conociéndome estoy seguro de que algún día pondré en contradicho en mis pensamientos, nunca debemos dejar de sorprendernos por lo que las personas que nos rodean son capaces de ofrecernos y de lo que son capaces de sacar de nosotros mismos. Debemos alegrarnos y ver lo afortunados que somos de tener a alguien que comparte su vida con nosotros, debemos sentir dentro de nosotros que algo nace, una nueva idea, una nueva concepción del mundo, una pequeña contribución a hacernos crecer. Y aunque el punto de vista parezca egoísta, la conclusión global me dice que la ganancia es plural, colectiva.
            Ahora bien, ¿qué problemas inmediatos se pueden dar en la ejecución de tales ideologías? Pues que lo hagamos mal. Mezclamos nuestro asombro con nuestras esperanzas y, debido a las ideas preconcebidas, a la idealización, dejamos de disfrutar de aquello tan maravilloso que nos pudiera ocurrir si destruyéramos el filtro mental que tanto nos limita. Y que quedo otra cosa clara: Nada sirve de excusa ante estos casos, pues, nuestra felicidad y la de las personas que nos rodean está en juego. Y al final, sólo nos queda disculparnos y mirarnos desde fuera de nuestros cuerpos, con expresión de elocuente estupidez y pensar lo ciegos que llegamos a estar.
            Por lo tanto, finalizo abriendo mucho mi corazón y agradeciendo a todos los que sin daros cuenta me habéis aportado un pequeño grano de arena para darme cuenta de algo tan fundamental, de algo de lo que pende mi felicidad. Por otro lado, no sé que ocurrirá en el futuro, mas no dejaré que ninguna falsa idealización destruya lo más auténtico, verdadero y emocionante que me ha ocurrido nunca. Sí, desestabilizas los cimientos de mi existencia y me abres la puerta de aquello que la rutina social me ha obligado a ignorar, pero por fin me he dado cuenta, que no sirve de nada buscar, filtrar y esperar, pues, cuando te llega lo que necesitas, la única prueba empírica de que dicha supernova vital es aquello que tienes ante tus ojos es tu propia ceguera. Y espero que haya dado suficientes pruebas durante este texto para hacer irrefutables mi incapacidad para ver y la gran explosión de sentimientos que tú me haces sentir. No intento demostrar nada ni quiero compensar errores pasados con estas líneas, pero sé que escribirlas no me hará ningún mal. Muchas gracias darte debo, crecer tu existencia me hace y no agotar a tu paciencia espero - dijo el padawan Yoda a su Maestro.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Emprender el vuelo es dar alas a nuestra percepción

Llevo parte de mi vida intentando crear, a partir de mi imaginación, nuevos mundos en espacios desconocidos con la única misión de explotar los recursos que, altruistamente, mi cerebro me prima, para, con un poco de suerte algún día, alguien lea las palabras que de la punta de mi bolígrafo salen.

No obstante, por más experimentada que pueda ser mi mente en imaginar vuelos espaciales, mi cuerpo, hasta la increíble edad terráquea de veintitrés años, jamás había conocido la sensación de sobrevolar la superficie de ningún planeta habitado.

Ahora, puedo decir que la providencia ha sido esquiva conmigo, evitándome llevar a cabo algo maravilloso y revelador. Pues, a pesar de los múltiples riesgos y peligros de compensar la fuerza atractiva que ejerce un cuerpo mayor (la Tierra) sobre nuestras insignificantes existencias, volar debería significar un antes y un después, la transición entre una vida rebosante de ignorancia y el retorno al camino de la luz, el control de la Fuerza, jóvenes padawans.

Me levanté sin ser consciente de que aquel iba a ser mi primer vuelo, aunque no fue debido al cinco que resaltaba mi despertador al arrancarme de las suaves garras de las sábanas de mi cama. Mi única preocupación residía en evitar perderme en las terminales del aeropuerto, preocupación infundada, pues pocas veces la providencia me ha sido contraria en estos casos. Entré en el avión y me fui dando cuenta de la mentalidad cerrada de las personas que me rodeaban. Me olvidé por un momento, miré por la ventana y deseé con todas mis fuerzas, las de un niño pequeño, que el halcón acelerara su marcha y empezara a elevarse. Mi mente revoloteaba excitada como si la de un cachorrillo se tratara. Mientras tanto, unas personas evitaban estar cerca de la ventana, otras se forzaban a dormir y las menos osadas se hacían un ovillo con sus cuerpos y clausuraban sus vías auditivas con los dedos índices de su mano, temiendo el cambio repentino de presión.

He aquí cuando mi fe en la humanidad nuevamente se desvanece, pues al alzar el vuelo, el alado animal me muestra las más hermosas imágenes que jamás hubiera visto (y espero que ninguna chica que se haya mostrado desnuda ante mí se sienta decepcionada ante mi anterior afirmación, son conceptos de dos universos distintos, lo siento). El entramado de las calles de Barcelona, el perfil de la costa catalana, las estratificaciones de nubes que íbamos atravesando a medida que el halcón se elevaba; algo que me llamó mucho la atención al llegar a la costa de Marsella, pues, al adentrarnos en tierra firme, pude ver el crecimiento aleatorio de los bosques de la zona, que reproducían perfectamente la simetría fractal que tanto me conmueve, cual copo de nieve visto en un microscopio. En definitiva, un sinfín de paisajes hormiguescos. Agrupaciones de edificios, el lago Léman custodiado por Ginebra y Lausanne por un lado, los Alpes franceses por el otro. Cordilleras que dieron la estocada final a mi halcón que descendía paulatinamente hacia la pista de aterrizaje del aeropuerto de la ciudad que alberga uno de los más impresionantes aceleradores de partículas del mundo. ¿Qué otra opción podría darme nuevas razones válidas para darme cuenta de la magnificencia de la belleza de aquello que me rodea? Nuestra ignorancia se sustenta en el punto de vista desde el que únicamente nos hemos acostumbrado a mirar. Mas, a partir de ahora, dejaré de dar la espalda a todo aquello que mis antiguos prejuicios se esforzaban en derrocar.

La razón reside en que, a pesar de nuestras limitaciones, siempre debemos estar un paso por delante de nuestros sentidos, pues, muy probablemente, estos estén confabulados con nuestro sentido común -del que algunos están faltos- para hacernos creer cuán ciegos estamos al ver, cuán sordos al oír, cuán mudos al hablar, cuán insensibles al palpar y cuán resfriados al olisquear mierda allí donde no la hay.

Galdor

martes, 18 de septiembre de 2012

Birdo el Juglar (II)


            Birdo tenía un día de perros. Se había levantado debido a la creciente violencia del viento que golpeaba los tablones de las ventanas de su hogar. Desperezándose, torciose el tobillo al apoyar mal el pie en el imperfecto suelo, abriendo ampliamente la boca, una simpática abeja penetró en ella, haciendo que su zumbido permaneciera durante toda la jornada haciendo temblar el tímpano del chico y, finalmente, un estornudo desgarrante, le hizo tragarse la abeja, mientras un reguero de sangre fluía de su nariz, debido a un capilar nasal desgastado.
            No obstante, decidió salir de casa, pues tenía claro que un gran mal le esperaba entre aquellas cuatro paredes si no desaparecía al instante. Además, Birdo era conocido por todo el reino, como el mejor juglar habido y por haber, con una mágica habilidad para encandilar a las más bellas y ricas damiselas.
            Su presencia era lamentable, pero su deleznable estado lo hacía proclive a obtener la lastima de las muchachas. A pesar de su inesperada fortuna, por el camino, aún tuvo que soportar el sadismo de unos compañeros de la corte que le estrujaban el hocico, riendo de las expresiones de dolor de Birdo. En ese instante, Marlia se acercó sigilosamente al grupo, y con un basto, como el de los naipes, agarrado con la fuerza de ambas manos, arremetió sobre los rufianes, que huyeron heridos, desgarrando las ropas de la chica, que ante tal situación se abrazó al frágil cuerpo de Birdo.
            Los tumultuosos pechos de Marlia se clavaron entre las costillas del muchacho y éste no pudo esconder su rubor, entre un seguido de cosas que tampoco pudo evadir. A pesar de su enredado pelo y su apariencia pordiosera, Birdo pudo apreciar que en la corta distancia, la chica olía a canela. Dulce, irresistible y atrevida. Se aferró fuerte a la dócil criatura; el escote de ella se le acercó a escasos centímetros de su cuello, él con su erección clavándose entre las piernas de ella, dejó ir un profundo suspiro, mientras notaba que la mirada se le perdía entre una niebla densa de lujuriosa pasión.
            En las pupilas de Marlia se dibujaron las llamas del infierno, la tez aterciopelada de sus mejillas se desdibujaron en una mueca de malicia y, con la determinación del mismísimo Lucifer, la fogosidad personificada se llevó del brazo al encantado Birdo, que veía turbiamente como lo lanzaban sobre el pajar de una vieja granja sin techo.
            Ferozmente, las uñas de Marlia dibujaron una parábola en dirección a las ropas del joven juglar, que vio como quedaba al descubierto su fuerte torso, repleto de cicatrices, encima del cual, tantas princesas habían yacido extasiadas. La campesina aferró sus fuertes manos sobre los hombros del muchacho y, prácticamente desnuda, pues había destrozado por completo su vestido, frotó sus nalgas sobre el abultado paquete de Birdo, que amenazaba con destrozar la tela de sus ropajes de trovador. La lengua de una fría cobra dibujaba intermitentes eses sobre la piel del cuello de Birdo; el control mental de Marlia sobre su admirado juglar era completo.
            Entorpecido por el fatal maleficio, los dedos del muchacho se entrelazaron con los entrópicos mechones de su extasiante amante, acercando sus labios para morderlos con penetrantes y desgarradores mordiscos, para besarlos con la furia de un dragón, blandiendo su arma de feroces llamaradas. Una cálida humedad inundó las enaguas de Marlia. Fueron desgarradas al instante. Sus cuerpos se fundieron, ignorando las punzantes hojas de trigo que los rodeaban. El pene de Birdo invadió los labios inferiores de la muchacha que enarcó la espalda, mientras sus ojos se perdían más allá de las nubes que, amenazantes, descargaban sobre ellos un frío e intenso aguacero. Sus miradas se iluminaban ante el refulgir de los lejanos relámpagos. El clima era la viva imagen de la partitura rítmica dibujada por los dos cuerpos. Mientras los truenos marcaban unas atenuadas corcheras, a medida que la intensidad del coito iba in crescendo, la lluvia percutía sobre la piel, haciendo el doble bombo con total precisión. A su vez, los arpegios de la voz de Marlia amenizaban la escena piro-musical.
            La sonata llamó la atención de los pueblerinos y de sus animales de granja. Validos, berridos, aúllos, rebuznos completaban el pacto carnal. Las escopetas cargadas de los cazadores lanzaban perdigones al compás del éxtasis. Dos cuerpos marchitos durmieron entre sangre, sudor y paja.
            Al amanecer, las marcas de las uñas de Marlia aún eran visibles en la espalda de Birdo; el chico tenía el cuerpo plagado de arañazos, mordiscos, moratones y coágulos. Parecía como si el mismísimo Lucifer hubiera yacido aquella noche con él. Y no pudo más que sonrojarse y soportar el escalofrío penetrante que le vino al comprender que así pudiera haber sido.

sábado, 4 de agosto de 2012

Avivado fuego animal


De mi saldrán las palabras más bellas que jamás un hombre desee decirte, mas no saldrán hoy, ni ahora. Te amo y, no obstante, me es imposible pensar claramente. Pues, tus curvas eclipsan la totalidad de mis pensamientos. Ardientes visiones fluyen por entre mis neuronas, impregnan mis nervios oculares de sensualidad, enloquecen mis tímpanos recordando los gemidos y las apasionadas palabras, desnudas, sin miedo, que de tus lascivos labios dejabas, dejas y dejarás caer. Felinas miradas que sobre mí descargas, desgarrando con tus hermosos ojos mi feroz alma, que aúlla por fundirse entre tus huesos, penetrando en lo más hondo de tu ser. Una vez más, una vez más, una vez más recordando sin dejarme absorber por lo ya vivido, no dejándome de vivir lo que está por llegar. Extraes de mí lo más tierno y a la vez, lo más salvaje. Temo, sin temer, que algún día el mundo se desvanezca de nuevo, a tu lado. Despierto aturdido, aletargado por la fusión, deshecho en una disolución de sudor y besos, disuelto entre tus brazos, evaporándome en tu interior, fundido en tu amalgama de mordiscos, piel y sangre, ignorante de lo que el mañana traerá. De mi saldrán las palabras más bellas que jamás un hombre desee decirte, y sé que algún día, quizás hoy, aunque no quieras, aunque no puedas o aunque no debas, las oirás.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Protagonistas por nuestra propia felicidad

Antes de nada, me gustaría que todos pudiéramos decir la nuestra en este blog, se pueden añadir comentarios aunque no tengas una cuenta de gmail, incluso, usando un nombre anónimo si es de vuestro gusto no ser reconocidos, gracias a todos los que leísteis mi última entrada.


           Hoy me he levantado con sensaciones bipolares. Por un lado, me he encontrado un paquete que llevaba semanas esperando, con algunos ejemplares de mi primera novela dentro. El acabado me ha fascinado, colores intensos, brillantes, el lomo bien definido, la contraportada y las solapas con una buena resolución. Un buen trabajo. Por otro lado, viajando por la red, he encontrado una entrada de wikipedia llamada Corruptódromo, donde se enumeran cientos de casos de corrupción en ayuntamientos de nuestro país desde el año 2006. Debo confesar que he pecado de inocente todos estos años, pues es evidente que los casos que nos muestra la televisión han sido pocos en comparación con el número real de fraudes al tesoro por el que tanto nos piden que nos sacrifiquemos.

            Anécdotas de mi estupidez a parte, me gustaría seguir con el tema que tan importante me parece para el futuro de nuestros hijos, ya no sólo los nuestros. Esta noche he seguido pensando, después de un largo día de trabajo en el laboratorio, en las posibles vías de acción que tenemos para hacernos oír en ayuntamientos y parlamentos.

            Después de darle muchas vueltas, me he cuestionado qué debe hacerse para optar a la alcaldía de un municipio o ciudad. La cuestión residiría en sí es necesaria una inversión económica elevada para ser candidato en las Elecciones Municipales. He pensado en las dificultades que existen al dirigir un núcleo y también, lo fácil que podría llegar a ser hacerlo mejor de lo que se está haciendo ahora mismo, en muchos sitios. La cuestión reside en llevar el mensaje al pueblo, en hacerles ver que tenemos las mismas inquietudes y, aunque en cada ayuntamiento nos encontraríamos con problemas logísticos por culpa de la nefasta situación económica, una buena optimización de los puntos fuertes de cada territorio haría posible hacernos salir de nuevo a flote.

            El problema que reside en España es que nos han hecho creer que hay una barrera inexpugnable entre el votante y el político. El pueblo peca de modesto, muestra una autoestima mermada por la cultura que nos viene de las guerras civiles y los latifundios, entre otras cosas. Creo recordar que hay licenciados y graduados, ingenieros y técnicos suficientemente cualificados para llevar la economía, la industria, la educación, la sanidad y demás puntos fuertes de una sociedad con total transparencia y efectividad, siendo concientes de la falta de ética de la corrupción. Todos ellos, muy probablemente, ahora mismo estarán en el paro o opositando por un puesto, luchando contra miles de personas en la misma situación.

            Os pido que me ayudéis a entrar en los ayuntamientos, hacer ruido, ver quien mueve los hilos y pintar esos hilos para que todos veamos que quieren hacer con nuestras vidas. Os pido que dejemos los complejos a un lado y les plantemos cara. Es el único modo de evitar la represión, pues la represión jamás caerá del lado de la política, el yugo sólo se muestra imperturbable contra el pueblo. Así pues, convirtamos al pueblo en la política, para de una vez por todas decidamos que es mejor para nosotros.

            Por último, quiero confesarme profundo enemigo de cualquier persona que se deje corromper por el dinero. Para mí, no hay ser más despreciable en una sociedad que el que se cree con la superioridad suficiente para recoger los frutos del vecino y rompe el trato por el que todos podemos vivir sin matarnos los unos a los otros, a manos de la selección natural.


martes, 8 de mayo de 2012

Seamos protagonistas


Seamos protagonistas

Llevo un tiempo falto de inspiración con la que plasmar nuevas historias y relatos, dándome cuenta que los problemas que han estado acechando mi mente, no tenían nada de literario ni poético.

Días atrás, han vuelto a la pantalla de mi ordenador los símbolos e imágenes del extinto movimiento indignado. Por todos lados, palabras de nostalgia y tristeza por el aniversario del principio de una ideología que murió tal y como muere, día  a día, la esperanza de miles de personas que no encuentran su sitio en una sociedad polarizada. Debo confesar que yo únicamente fui un día a Plaza Cataluña, por varias razones. La primera, como la mayoría, por la represión de la clase que ostenta el poder; un examen, horas extra, todo vale para frenar nuestras determinaciones. Por otro lado y quizás una de las razones de mayor peso, porqué la movilización no nos aporta el poder de decidir nuestro futuro, por más que la belleza de la utopia nos impida ver la realidad. Por último, siento tener que darle la razón a los extranjeros, que con el uso de tópicos, nos ven como un pueblo bárbaro, erráticos, irracionales, egoístas. No sabemos luchar por lo que queremos, por la simple razón de que damos una importancia distinta a las necesidades de nuestros vecinos. No hay cohesión del pueblo, no hay comunión, no hay consenso; por todo ello, no hay ni autodeterminación ni poder.

Me gustaría recordar que los libros que intentaban ser el grito de William Wallace, la mecha que encendiera el gran cambio social nos decían que NOS indignáramos, que NOS comprometiéramos y pensamos que teníamos el apoyo de los que nos motivaban, pero siempre con el uso de la segunda persona. Indígnate, TÚ. Comprométete, TÚ. ¿Dónde ha quedado el NOSOTROS? Os lo diré. En el mundo hay problemas más grandes que los que tenemos, por lo que salir a la calle, no hará que pasemos a ser nosotros los que controlen los hilos. Los William Wallace nos dieron el camino, pero no el acercamiento del pueblo a la cúspide de la Gran Pirámide. Esa Pirámide invisible que nos contempla con la cabeza bien alta, haciéndonos creer que somos hormigas. Esa Pirámide que, el día menos pensado, moverá sus hilos y destruirá lo que se interponga en su camino.

¿No os dais cuenta que si ellos nos atacan con la democracia, haciendo uso de la demagogia, nosotros debemos hacer lo mismo? En España, votamos a la derecha para castigar a la izquierda y, ¿qué se ha ganado? Nada, día a día, tenemos menos derechos, menos servicios y los bancos más poder, nuestras casas, nuestro dinero. En Cataluña, lo mismo. La derecha pseudo-nacionalista democrática católica sacó las banderas catalanas, nombraron estratégicamente la independencia y se metió al pueblo en el bolsillo, para luego robarnos el dinero de la sanidad y la educación, dándoselo a bancos e iglesias. Como estos dos ejemplos, muchos más; la mayoría. Les hemos dado el poder de hacer lo que les de la gana: corrupción y expolio en nombre de la crisis.

Así pues, me gustaría promover una nueva mentalidad. La formación de una coalición política altruista que lleve a los teatros de títeres (Parlamentos, Congresos, Senado) la voluntad de los que día a día trabajamos para que el país siga adelante. ¡Pero no sólo eso! Debemos ver realmente nuestro error al votar a quienes hemos votado. Debemos llevar este mensaje a cada rincón de nuestro territorio, para ganar poder sobre los que se ríen de nosotros en nuestras narices y salen impunes. ¿Es que no lo veis? Debemos hacernos con el poder, no con las calles, pues en las calles, ellos tienen la fuerza para desacreditarnos, para dejarnos como bárbaros. El siguiente paso es la política de hombres y mujeres que estemos dispuestos a rebajar el sueldo a los poderosos, hombres y mujeres que no permitan la corrupción de un familiar, de un amigo, y sobretodo, hombres y mujeres que tengan esta mentalidad global que nos permita trabajar todos juntos contra el egoísmo social del que, hoy por hoy, todos estamos enfermos y del que todos somos culpables, tanto por nuestro silencio como por nuestra sumisión.

¡Hagamos que, por fin, nuestro voto tenga un valor real! ¡No nos dejemos engañar de nuevo por los demagogos que nos gobiernan! ¡Formemos coaliciones políticas y ataquemos donde más les duele! 

lunes, 23 de abril de 2012

Nuestra razón de ser

Dado que hoy es uno de los días que mejor me hacen sentir por amar el arte de la palabra escrita, he escrito unas líneas, ya que, últimamente, estoy falto de tiempo para plasmar historias largas. Abro mi corazón a quien quiera verlo.


Eres la vida que permanece inalterada, eres la constancia de la belleza infinita, juegas a no mirar y a siempre ver, temes a la oscuridad de la desconfianza, anhelas el empuje de la imaginación, vives gracias y por las palabras, vienes de la idea y te vas con la muerte, jamás das y jamás tomas, proyectas la luz de los pensamientos, me inflinges ansiedad por darte forma, me tratas como a uno más, me empujas y sinvergüenza esperas a que me gire, sin temor, sin rencor, sin motivo, miras desde mis ojos, me posees y no me controlas, te dejas llevar pues sin mí no tienes razón de ser, hurgas en mis más oscuras heridas y extraes el oro que de ellas abunda, me acaricias con tus dedos, aterciopelados, anacarados delicadamente para ver más allá de un beso, estás cuando lloro y permaneces cuando río, gozo, vivo, para enseñarme las fábulas de tu naturaleza, amante insaciable y terca, a veces solitaria, a veces incomprendida, a veces ausente, pues por tu ausencia, yo, a veces lloro y a veces respiro, pero jamás por tu ausencia, soy, pues yo, sin ti, escritura, sin ti jamás existo.

viernes, 2 de marzo de 2012

La ciencia por el simple hecho de publicar


Dando mis primeros pasos en el fascinante mundo de la química, aprovechando uno de los pocos momentos de tranquilidad espiritual que me brinda... Perdón, que me permito yo, a mí mismo, me atrevo a analizar que hay de mito y que de verdad cuando uno habla y piensa en ciencia.

El científico, también conocido como parásito de ideas, es un espécimen de la más huraña familia de los piojos absorbe-cerebros que únicamente se ha quedado con la mejor parte de la naturaleza humana: el egoísmo, la vanidad y el orgullo.

¿Quieres ser científico? Léete el trabajo de otro, analiza los puntos débiles de su teoría, propón un nuevo enfoque infinitesimal y encabezónate en ver que todos los resultados obtenidos corroboran tu novedosa idea. ¿Cuál es la diferencia entre un demócrata y un científico? Ninguna, pues ambos hacen uso de la demagogia cuando las cosas se tuercen. ¿De quién huye realmente Drácula, cuando se siente amenazado por una muchedumbre encolerizada? Del científico del pueblo, pues es el que tiene más experiencia clavando estacas a traición.

Bromas a parte, y disculpándome ante mis, por ahora, compañeros no corruptos (y que así siga), he de decir que somos una especia capaz de ofrecer el mismo trabajo a dos becarios, con la esperanza de aprender de la naturaleza, con la condición que el primero en llevar a buen puerto la investigación se llevará  parte de la fama (¿Quién sino nosotros para llevarnos la mayor parte?) y la totalidad del dinero subvencionado (¡Del Estado, por supuesto!), por lo que uno de ellos habrá perdido unos años maravillosos de su enclaustrada vida. Claro que, sería muy ingenuo por mi parte, que este punto fuera el que haya sorprendido de manera alguna a mi joven corazón, pues ya se sabe que cualquier unión con el capitalismo nos lleva a estos extremos.

Por lo tanto, habréis descubierto que algo me ha decepcionado y, evidentemente, no tiene nada que ver con el escueto sueldo que me espera después de casi dos décadas de estudiar sin parar. Esto es España, señores. Así pues, os hablaré de las atrocidades provocadas por el proceso de publicación científica; un mundo de arenas movedizas, en el cual sólo esperas que la comunidad no se ría de ti, mientras usan tus artículos como papel higiénico.

Supongamos pues, (ojo con usar esta palabra ante un catedrático) que una farmacéutica encuentra una molécula capaz de catalizar la destrucción de células mutadas sin efectos secundarios en el organismo humano, pero que el rendimiento de la reacción del proceso es ínfimo. El hecho es tan extraordinario que al jefe del servicio científico de la empresa le es otorgado el Premio Nobel de Química. Unos años más tarde, cuando el farmacéutico ya se ha gastado el millón de euros del galardón, llega un químico de verdad, a poder ser un químico no analítico, y estudia el efecto de una variedad de catalizadores parecidos a la molécula patentada y premiada con el Nobel, con el mismo objetivo de curar el cáncer de manera inocua. Los acontecimientos que se narrarán a continuación, puede que hieran la sensibilidad de algunos lectores, a los que ruego sepan disculparme.

El químico, con la ayuda de sus conocimientos teóricos y sabiéndose desenvolver en el laboratorio, tras años de investigación consigue encontrar un mecanismo con un rendimiento del setenta por ciento (mayor que el de la producción de aspirina). Publicará un artículo para cada uno de los compuestos estudiados, llevándose grandes cantidades de dinero por su buena labor investigadora y por sus infructuosos trabajos, a parte de varios premios por su flagrante descubrimiento, entre los que se encontrarán, el Premio Nobel de Medicina, el de Química e, incluso, el de la Paz, por su labor desinteresada en la ayuda contra las enfermedades que provocan más guerras en el mundo (desinteresada, hasta que alguna farmacéutica lo soborné, evidentemente).

Y aquí no acaba todo, pues la empresa farmacéutica contratará a becarios (¿He dicho contratará? Ya no se lo que digo) salidos de un master de química teórica para que, tutorados por el excelentísimo Premio Nobel de la empresa, estudien el mecanismo de la reacción propuesta experimentalmente por el otro flagrante Premio Nobel desinteresado, incapaz de conocer, con las herramientas de laboratorio, el camino de reacción que llevará a cabo el fármaco durante el proceso bioquímico. He aquí que seguiremos dando dinero para más publicaciones y quien sabe si no se entregan más Premios Nobel, mientras la población mundial sigue muriendo de cáncer. Todo esto sin contar las decenas de publicaciones que se habrán orientado, única y exclusivamente, a destrozar y mutilar las teorías refutadas por las nuevas demostraciones, mientras los padres de dichas teorías son públicamente humillados por la cobarde y dogmática comunidad científica.

Así pues, dejando a un lado el rencor y concluyendo, al fin, me gustaría que de hoy en adelante tuvierais más cuidado al desear el aumento de las inversiones del Estado en ciencia, pues sería como volver a invertir en la construcción, como antaño, meterse en asuntos de corrupción. Mejor pidamos mejores servicios y, sobretodo, una mejor educación para que los futuros científicos me hagan quedar mal, siendo fieles a los principios de humildad, colaboración y deCIENCIA.

Lord Galdor

lunes, 20 de febrero de 2012

El pescador y su perro


En una tierra muy lejana, vivían José y su perro Pulgo en una pequeña aldea pesquera. José, que necesitaba pescar para sobrevivir, tenía una pequeña barca de remos con la que salía en busca del preciado pescado azul, en compañía del incondicional animal. Los días que no pasaba rodeado de agua y redes, José encontraba refugio en una hermosa y bien pintada casa de madera, que se encontraba en un desfiladero tangente al mar y a unos metros de un lago enorme que lo separaba del centro de la aldea.

Un día, quedándose anonadado por el sonido de la brisa que golpeaba tenuemente contra el desfiladero, José durmiose mientras navegaba por las intrincadas olas del mar. Durmió tanto tiempo, evadido de los ladridos de su fiel can, que la barca alejose mar adentro y al despertar, no reconoció el mundo que lo rodeaba. Grandes bancos de peces revoloteaban a izquierda y derecha de la pequeña embarcación. Los ojos de José intentaron salirse de sus cuencas al ver semejante botín y púsose manos a la obra. Red va y red viene.

Pasadas las horas, el cansancio hizo mella en sus pesados músculos y el peso excesivo del pescado cargado en la barquita, hizo que ésta se tambaleara cual cuna de bebé. Tales sucesos llevaron al pescador a sumirse de nuevo en un profundo sueño, mientras el movimiento sedante del transporte se convertía en un torrencial movimiento oscilatorio que acabó por devolver todo el pescado al agua.

Al despertar, las ropas del pobre hombre rebosaban agua por doquier y un horrible sabor amargo recorría la lengua del mismo. No obstante, no sólo fue la sal la que amargó el espíritu de José, pues sus ojos veían impotentes como Pulgo lo había mantenido a flote durante horas, bajo la barca que había cedido ante el incesante oleaje. La luz del sol atravesaba las rendijas que había provocado la violencia del mar en la poco consistente superficie de madera.

Agotado, con las últimas fuerzas que le quedaban, consiguió ayudar a Pulgo a salir de allí y buceando hacia el otro lado de la madera, abrió, inyectados en sangre, sus doloridos ojos y la sorpresa llegó a él como en un sueño. Estaban ante el desfiladero, estaban ante el dulce hogar y José no pudo más que echarse a llorar por su gran fortuna. Ambos empapados salieron del agua y quedaron unos segundos a merced del suelo, tumbados. La lengua de Pulgo describió un movimiento ascendente desde la boca hasta la nariz de su amo y éste, enternecido lo abrazó, miró al lago que lo separaba de la aldea y le dijo a su compañero:

"Amigo mío, la vida nos da lo que necesitamos, si sabemos buscarlo y lo que el hombre y el perro necesitan no va más allá de la línea del horizonte. Por eso mismo, el mar nos engaña con su gran magnificencia, haciéndonos creer que necesitaremos algo más que lo que el lago nos ofrece. No queramos pues caer en la trampa de Neptuno, por culpa de no saber cuales son nuestras limitaciones."

lunes, 23 de enero de 2012

Rebelión a las puertas del cielo (II)


Durante los años que han transcurrido desde la aparición del pensamiento en el ámbito intergaláctico, la ejecución de la aplicación del libre albedrío había dado sus frutos en el Sistema Solar, cuna de la civilización humana.

El ejecutado aseguraba el libre desarrollo intelectual de los individuos y, a priori, prometía el auge de la preocupación metafísica del colectivo. Esa información fue extraída por los primeros cerberos que usaron una aproximación lineal de las variables socio-históricas. Más adelante, a partir de la revolución religioso-científica en la que se diferenciaron los conocimientos teóricos de los aplicados, unidos implícitamente por el desarrollo en análisis del campo de trabajo, surgieron nuevas corrientes del pensamiento de las que la matemática aplicada sacó buen provecho, por lo que se pudo estudiar más a fondo el comportamiento estadístico de las aplicaciones religiosas.

En la actualidad, parece obvia la diferencia entre un teórico y un Ingeniero, pues es de esperar que el trabajo constructor y de diseño resida en la naturaleza omnipotente de los Dioses, mientas que, el trabajo de desentrañar el tejido oculto tras la compleja red del Ocaso, de las aplicaciones de la realidad tangible y de la físico-química de la materia blanca prevalezca en la persona del cerbero. No obstante,  en los inicios de la existencia del interregno, la vanidad de la cuasi-cuajada materia blanca entorpecía la aceptación del papel crucial que ostentaban y ostentarían, hasta día de hoy, los propios Guardianes del Olimpo.

jueves, 19 de enero de 2012

Rebelión a las puertas del cielo (I)

He de admitir que este relato, a pesar de que no será extenso, merece la pena dároslo a conocer a trocitos, pues así, también me da tiempo a mí para fragmentar la información y ver donde puedo mejorar ciertas cosas. Además, es necesaria la intriga....


Durante los años que han transcurrido desde la aparición del hombre en la superficie terráquea, la ciencia religiosa había avanzado varios órdenes de magnitud, a pesar de los obstáculos que el ser humano, siglo a siglo, se dedicaba a colocar en el camino de los guardianes del enésimo portal (aunque preferían la palabra cerbero).

La aparición del pensamiento en la Tierra obligó a los Dioses a imponer ciertas leyes en la naturaleza intangible del Ocaso. Es decir, tuvieron que restringir el paso al Olimpo para evitar la sobresaturación de materia blanca no madurada en el lugar de reposo eterno divino. Así pues, apareció el tejido intersticial que daría sentido a lo que en la actualidad se conoce como teoría secular de la materia blanca condensada, hecho que daría vida a la ciencia religiosa promovida por los primeros resquicios de materia blanca insurrecta; los cerberos.

- La frecuencia de flujo sigue disminuyendo y las condiciones impuestas tienden al cerco de nivel nueve. Pronto llegará el equilibrio. -habló robóticamente el cerbero analítico.
- Únicamente, se estrecha la veda. - contestó el cerbero teórico, algo contrariado por la presencia de aquella materia blanca.
- En el sector infra se trabaja por encima del rendimiento estabilizante. La saturación de materia blanca defectuosa pronto será un hecho, la materia transferida supera los estándares y, las previsiones computacionales nos indican que la condensación en la Tierra se acerca a menos diez en la escala logarítmica.
-Se siente ya el día en que los cerberos no podamos promocionar y, en que sea prácticamente improbable que se dé la condensación primordial espontánea en el campo de trabajo.
- La estabilidad vital ronda los cinco puntos alrededor de los focos de mayor condensación parcial y no llega a un punto y medio en las zonas de proliferación bélico-patógena.
- Obviedades. Olvidaba que los analíticos no veis más allá de los datos. Aumentamos el caos para poder equilibrar el flujo de entrada-salida de infra-materia, pero ello conlleva que la materia no madura correctamente. El pez que se muerde la cola. -dijo condescendientemente el cerbero teórico- No soporto siquiera la presencia pseudo-lumínica de estos analíticos, proyecto defectuoso de cerbero- pensó entre reniegos el teórico, hasta que, al fin, dándole la espalda al otro preguntó- ¿Y cómo se encuentra nuestra materia cuasi-cuajada?

CONTINUARÁ

lunes, 16 de enero de 2012

Reflexiones

Hoy me he dado cuenta, que soy afortunado de haber sido obsequiado con una buena imaginación que me hace viajar a mundos de diversas naturalezas. He visto que sin escribir, echo de menos algo de mí que está latente, incandescente, pidiendo a gritos la posibilidad de salir a la luz. Me gustaría aprender a divulgar como lo hicieron antaño, aquellos que escribieron los libros que hoy leo y me sirven tanto de inspiración como de pauta. No sé si estaré hecho para la investigación, no sé si me gustará el mundo del desarrollo, pero algo tengo muy claro. Quiero escribir. Quiero llevar la ciencia al hombre de a pie; dar un punto de vista grandilocuente a la química y abandonar el estereotipo de los libros de química/cocina, para que el mundo sepa lo bello y fácil que es el noble arte de la alquímia.

PS: Compaginándolo con la ficción, por supuesto :)

jueves, 5 de enero de 2012

Portada "Una historia más de este mundo"

Me gustaría que me dijerais que os parece el primer borrador de la portada de mi primera novela.

miércoles, 4 de enero de 2012

Historias de la noche IV


En las frías noches de invierno de las ciudades catalanas, en cuanto la semana laboral llega a su fin, las hormiguitas que habitan los pasillos de hormigón se aferran a la felicidad con la ayuda de vanas compañías y la pasión por las bebidas alcohólicas, conociéndose las unas a las otras por medio de rituales decadentes a ojos de los dioses de mentes ancestrales, que ven como sus creaciones se zambullen en espirales de egoísmo y fanfarronería para pasar un fin de semana más.

Y dicho esto, quiero decir que nada de lo escrito tiene algo que ver con la historia de Pablo, el que un día, harto de la rutina del matrimonio heterosexual ortodoxo, sabedor de su condición de bisexual, instó a su mujer a salir por Barcelona, a algún que otro lugar de ambiente gay, para conocer a algún chico. No obstante, aquella noche no acabó yendo como él se pensaba.

Apoyando el brazo en la barra del pub, Pablo hizo una primera inspección del lugar y siguió charlando con su hermosa mujer. Ella, pese a conocer bien a su chico, estaba algo incómoda, pues no era del todo partidaria que dos personas del mismo sexo mantuvieran relaciones íntimas. Pero, al menos, no era hipócrita, pues Pablo, desde el primer día que se conocieron, ya sabía que aquella chica no veía con buenos ojos a las parejas homosexuales. Él se consolaba pensando que, como mínimo, no demostraba ser intolerante, pues la quería mucho y, ya se sabe, que nadie es perfecto.

Una hora más tarde, después de bailar apasionadamente, la mujer de Pablo decidió volver a casa, con la torpeza de chocarse con una pareja, que por lo que pensó ella, siendo chico y chica, eran heterosexuales. Cuan equivocada estaba cuando los instó a sentarse en la misma mesa, en la que esperaba Pablo, solitario, atento al mundo de chicos que lo rodeaba. Pues, Carla y Jaime, eran el típico dúo amistoso de chica heterosexual y chico gay. Al conocerlos, la mujer, cansada de ser tolerante, al fin, marchó a casa, dejando a su marido con aquella peculiar pareja.

Dada la situación, Pablo llamó a un amigo suyo para no tener que soportar una situación de desventaja numérica. Poco rato después, apareció Raúl; alto, guapo, pero con algo que lo delataba, algo que únicamente supo ver Jaime, era un hipócrita, falso y prepotente. No obstante, a Carla le hizo mucha gracia desde el primer momento y se adueñó de su atención, mientras Jaime y Pablo veían como ambos se comían con la mirada. Como era de esperar, los dos chicos fueron conociéndose y Pablo pareció coger en mucha estima a la persona que tenía enfrente.

Durante meses, Jaime demostró ser aquella persona que tanto necesitaba Pablo para contrarrestar los pequeños defectos de su mujer. No tuvieron relaciones sexuales, pero ambos se dieron el cariño que el otro necesitaba para seguir con sus vidas, mientras Carla y Raúl se demostraban una pasión desbordante. Hecho que no hizo que Pablo también estuviera en contacto con Carla.

Finalmente, Jaime, cansado de esperar y con ampliadas necesidades sexuales, encontró un chico que le gustaba y le respondía mucho más acaloradamente a sus deseos carnales, y pensó que aquello no debía afectar a su relación con el hombre casado del cual se narra la historia. Pensó equívocamente, pues finalmente descubrió que desde aquella noche en el pub de ambiente, era Carla la que interesaba físicamente a Pablo y que todo lo que le había robado aquel gañán pseudo-bisexual a él era el fruto de la necesidad de encontrar una vía de escape a un nefasto matrimonio.

Carla, que era una chica pragmática pero a la vez con principios, pensando que un polvo siempre es un polvo, pero que no está bien quitarle el marido a otra, decidió no seguirle el juego a Pablo. No obstante, las insinuaciones de éste cada vez eran más lascivas y recurrentes y no veía el momento de echarle el guante a aquel macho. Estaba en una encrucijada, pero a pesar de ello, Jaime seguía insistiéndole que se lo tirara, que no tenía nada que perder. Ella al menos no.

Y así fue como, una noche, quedaron Carla, Pablo, Jaime y su chico. Carla estaba realmente deslumbrante, con un vestido escotado, corto muy corto. Pablo seguía intentando caldear el ambiente. Jaime, por su parte, seguía instando a Carla a desmelenarse. En un momento, en medio de la calle, Carla se agachó y dejó ver la poca necesidad que tenía de llevar ropa interior. Pablo, al ver aquello, vio vía libre y jugó fantásticamente sus cartas. Se mezcló alcohol con necesidad y un calor bochornoso.

Al día siguiente, Pablo recibió una llamada de su mujer. Entre gritos e insultos, le pidió el divorcio. Que no podía estar con un adultero, que además se dejaba mear en la cara por otro tío. Pues, al parecer, dos amigos habían emborrachado al hombre casado que, mientras éste besaba a Carla, Jaime le robaba el móvil y grababa, a la vez que le enseñaba el noble arte de la lluvia dorada.

Pablo salió corriendo del piso de la chica, mientras la extraña pareja de amigos gritaba al unísono:

-¡Eres una puta!