Me presento

Hola a todos, soy Santi, alias Galdor. Desde que tengo 16 años, las palabras se han vuelto mis aliadas para crear mundos e historias, y para dar mi peculiar visión del mundo real que nos rodea. He publicado unos relatos recientemente, y ahora estoy a punto de publicar mi primera novela. No obstante, sigo escribiendo cortos relatos, que serán mi regalo a este lugar donde guardaré trocitos de mi ser. Mi mail es santi_galdor_quantum@hotmail.com, por si alguien quiere opinar de una manera más personal. Muchas gracias.

jueves, 6 de diciembre de 2012

El aprendiz I Aprendiendo a ver sin los ojos


             Cojamos una batidora, un barman y una coctelera. Pongamos mi cerebro en la batidora. El barman, mientras la pone en funcionamiento haciendo que mis neuronas queden al nivel de sopa atómica, meterá mi corazón en la coctelera y la llevará, con un ritmo sensual, arriba y abajo. Esa sensación junto a la exposición rectilínea de mis intestinos dentro de un enjambre de abejas entre otras extrañas sensaciones son las que siento ahora mismo por esa persona. Sin lugar a dudas, yo soy el romántico y ella la pragmática. Tan simplemente narrado en una frase y tan complicado de aplicar en mi cabeza. Como tantas otras cosas, me cuesta darme cuenta de aquello de lo que ya me he dado cuenta con anterioridad. Y muchos diréis que pensabais que había una inteligencia mayor en mi cabeza. Sin lugar a dudas, os engañé.
            Me sinceraré con vosotros, nunca había sentido nada igual por nadie. Y he aprendido (y sigo aprendiendo...) mucho de ello. En el mundo en el que vivimos, nos obligamos a buscar algo que se adapte a aquello que creemos está hecho para nosotros. ¿Quién cojones sabe lo que necesita, lo que le hará feliz, si aún no lo ha experimentado? El problema reside en que nos hacemos una imagen falsa en la cabeza y somos incapaces de ver más allá. Lo arraigamos tanto dentro de nuestra mente, que creemos que es nuestro corazón el que habla, creemos que todo aquello que no se le parece a nuestros anhelos adquiridos están muy lejos de la idealidad soñada. Y al fin y al cabo, ¿para qué poner un filtro tan grande, cuando nuestra ignorancia abarca tantos y tantos campos de trigo aún verde?
            Os diré una cosa, algo que tengo claro ahora, aunque conociéndome estoy seguro de que algún día pondré en contradicho en mis pensamientos, nunca debemos dejar de sorprendernos por lo que las personas que nos rodean son capaces de ofrecernos y de lo que son capaces de sacar de nosotros mismos. Debemos alegrarnos y ver lo afortunados que somos de tener a alguien que comparte su vida con nosotros, debemos sentir dentro de nosotros que algo nace, una nueva idea, una nueva concepción del mundo, una pequeña contribución a hacernos crecer. Y aunque el punto de vista parezca egoísta, la conclusión global me dice que la ganancia es plural, colectiva.
            Ahora bien, ¿qué problemas inmediatos se pueden dar en la ejecución de tales ideologías? Pues que lo hagamos mal. Mezclamos nuestro asombro con nuestras esperanzas y, debido a las ideas preconcebidas, a la idealización, dejamos de disfrutar de aquello tan maravilloso que nos pudiera ocurrir si destruyéramos el filtro mental que tanto nos limita. Y que quedo otra cosa clara: Nada sirve de excusa ante estos casos, pues, nuestra felicidad y la de las personas que nos rodean está en juego. Y al final, sólo nos queda disculparnos y mirarnos desde fuera de nuestros cuerpos, con expresión de elocuente estupidez y pensar lo ciegos que llegamos a estar.
            Por lo tanto, finalizo abriendo mucho mi corazón y agradeciendo a todos los que sin daros cuenta me habéis aportado un pequeño grano de arena para darme cuenta de algo tan fundamental, de algo de lo que pende mi felicidad. Por otro lado, no sé que ocurrirá en el futuro, mas no dejaré que ninguna falsa idealización destruya lo más auténtico, verdadero y emocionante que me ha ocurrido nunca. Sí, desestabilizas los cimientos de mi existencia y me abres la puerta de aquello que la rutina social me ha obligado a ignorar, pero por fin me he dado cuenta, que no sirve de nada buscar, filtrar y esperar, pues, cuando te llega lo que necesitas, la única prueba empírica de que dicha supernova vital es aquello que tienes ante tus ojos es tu propia ceguera. Y espero que haya dado suficientes pruebas durante este texto para hacer irrefutables mi incapacidad para ver y la gran explosión de sentimientos que tú me haces sentir. No intento demostrar nada ni quiero compensar errores pasados con estas líneas, pero sé que escribirlas no me hará ningún mal. Muchas gracias darte debo, crecer tu existencia me hace y no agotar a tu paciencia espero - dijo el padawan Yoda a su Maestro.