Incluso
cuando uno ha llegado a su límite, que siente que no puede más, cuando la mayor
de las estupideces le parece la mejor salida, una huida factible, atractiva.
Incluso bajo todas estas circunstancias, uno busca su momento de respiro, una
imagen que le dé paz. No era mi tipo, o al menos, así lograba auto-engañarme. Además,
pacífica lo justo, era más bien un vórtice de quejas, gruñidos y, alguna que
otra, sonrisa malvada. No obstante, sabes que es una cortina de humo que
esconde un amor reprimido, consecuencia del miedo a volver a ser dañada.
Y
ahora es cuando empiezan las divagaciones, volvemos a los desvaríos varios, en
el justo momento que el color de sus ojos recorre mi memoria. Y la primera
reflexión es: ¿Qué manía tenemos en volvernos locos únicamente por los ojos
azules o verdes? Y ahora diréis, ¿qué cojones le pasa a este hombre? Es decir,
hablas con personas, tienes la encantadora manía de mirar siempre a los ojos y
nunca, repito, nunca oirás a un ojicastaño hablar maravillosamente del color de
sus ojos. Incluso sentirán envidia por tu color de ojos (curiosamente, los míos
son cromáticamente asimétricos, uno es completamente verde y el otro,
parcialmente marrón, parcialmente verde) y desearán arrancártelos, para, o
bien, guardarlos en una cajita y contemplaros cada noche, antes de ir a dormir,
o bien, intercambiar ojos y quedarse con los tuyos.
Sus
ojos son de un castaño brillante, flamígero, que dan vida a una mirada audaz,
traviesa, con una personalidad tenaz, decidida. ¿Qué hay más hermoso que eso? Y
entonces, te indignas. ¿Vivimos en una sociedad hitlerizada, dónde la belleza
reside en tener los ojos claros, sin tener en cuenta la esencia de cada mirada?
Si es así, apaga y vámonos. Evidentemente, amo mi mirada, pues es el reflejo de
mi personalidad asimétrica, alocada, antisistema. Ahora bien, pregúntate, ¿no
te gustan tus ojos (que al fin y al cabo, no tienen ninguna culpa) o no te
gusta lo que ves a través de ellos? Reflexionemos, señores, reflexionemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario