Me presento

Hola a todos, soy Santi, alias Galdor. Desde que tengo 16 años, las palabras se han vuelto mis aliadas para crear mundos e historias, y para dar mi peculiar visión del mundo real que nos rodea. He publicado unos relatos recientemente, y ahora estoy a punto de publicar mi primera novela. No obstante, sigo escribiendo cortos relatos, que serán mi regalo a este lugar donde guardaré trocitos de mi ser. Mi mail es santi_galdor_quantum@hotmail.com, por si alguien quiere opinar de una manera más personal. Muchas gracias.

sábado, 5 de octubre de 2013

Noria

Primer relato del Curso de Narrativa de l'Escola de Lletres de l'Odissea (Vilafranca del P.) Necesito críticas duras y constructivas, ¡por favor!         


NORIA

Un golpe atroz. Susurros de llanto contenido. Un hedor etílico y nauseabundo penetra en la habitación, donde un cuerpo marchito se desploma sobre el catre. De repente, todo es oscuridad.
De repente, todo es claridad. Los primeros rayos de sol despiertan al desorientado marinero que, sorprendido, se encuentra rodeado por horizontes de agua. Siente un terrible dolor de cabeza. El naufragio debió ser harto violento... -piensa- Suerte del salvavidas. No obstante, el entumecimiento expande su influencia a través de tres cuartas partes de su cuerpo. El guión de los acontecimientos futuros lo conoce al dedillo: hipotermia, parálisis y muerte. Pero no una muerte cualquiera. Primero, hundirse, luego, contraer cada músculo de su cuerpo para impedir que el agua penetre en sus pulmones y, finalmente, ceder ante la atmósfera acuosa. Decide centrar su atención en el rojizo colorido del salvavidas. Le atrae cual sangre a un toro bravo. De imprevisto, un enorme transatlántico hace su aparición en escena. En él, puede ver un ser antropomorfo. La esperanza se abre paso a través de sus neuronas. Cierra los ojos y se deja llevar. Inexorablemente, el tiempo pasa.
Se obliga a abrir los párpados. ¿Estará en un camarote, junto a una enfermera sexy? Nada de eso. En su lugar, siente la cercanía lacerante de la gran embarcación. ¿Qué ocurre? ¿Nadie irá a socorrerlo? La imagen del pasajero se hace más nítida. Su mujer, con un moratón en el ojo, se apoya en la baranda, mostrándole el dedo corazón. Como por arte de magia, puede ver a través de los ojos de su amada. Encuentra una buena idea inmortalizar el momento de su muerte y extrae del bolso una cámara. Flash. Oscuridad.
Luz. La habitación está impregnada de un fétido olor a descomposición humana y a orines. El cuerpo se levanta, sale y encuentra un cuchillo ensangrentado en la cocina. Sus músculos se desentumecen y un dolor irreprimible le hace caer de rodillas al suelo. La sangre fluye, irremediablemente, desde su abdomen hacia el suelo, formando un charco. Gatea en busca de ayuda, pero no hay nadie en casa. Susurros de un llanto contenido. Un golpe atroz.

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