Anecdotario catalán

Se habla mucho, últimamente, tanto positiva como negativamente, de la tierra en la que nací y resido. Catalunya es un lugar único, como pocos, pero lo más importante, una tierra donde, como se ha demostrado, ya se predecía la aparición de un mesías que nos guiaría por el camino del conocimiento.

Y os preguntaréis de qué estoy hablando, por supuesto. La posible respuesta reside en el análisis exhaustivo del idioma del que muchos dicen, es nuestra principal distinción, opinión que no comparto (tenemos mejores virtudes y peores manías).

Así bien, de entre un sinfín de vocablos y sonidos que producirían esquizofrenia a una cría de oso polar, adentrándonos en el género Solanum de la familia de las solanáceas, nos encontramos con la S. Melongena, gracias a la cual, un grupo de especialistas filólogos han dado con un mensaje "nostradámico" cuya veracidad es inapelable.

Como bien habréis encontrado en Wikipédia, el hallazgo hace referencia al mote usado para referirse a la común berenjena, que en catalán llamamos Albergínia. Dichos filólogos han encontrado documentos que demuestran la falacia en la que hemos vivido todos los catalanes, pensando que el origen de dicha palabra era de naturaleza arábiga, más concretamente del al-bâdinjân de toda la vida. Mas cual fue la sorpresa de los estudiosos al ver que, el verdadero mensaje de esa querida hortaliza era el siguiente:

Albergínia = "Alber" + "gínia" = "Albert" + "genius"

La intención de dicha palabra es esclarecedora y el secreto ha sido finalmente desvelado. La historia nos ha dado la razón a los catalanes que vemos como el mesías relativista nos muestra el camino de la verdad universal.

Dejemos de decir "amén" en misa, digamos "albergínia" y permitamos que la luz de nuestro señor penetre en nuestros corazones.